
“DESPEDIDA DEL CABALLO DEPORTIVO”
La tradición de despedir a los caballos nace en la época medieval en EUROPA, así luego de que algún caballo participaba heroicamente con su jinete en una batalla, el mayor reconocimiento que estos podían tener era el descanso del jinete temporal o definitivamente, dependiendo de la cantidad de batallas en las que haya luchado, y para su caballo de igual manera la libertad dentro de los campos del reino y la prohibición absoluta para que nadie en ese reino vuelva a montarlo nunca más, pues él se había ganado este derecho en base a su gran sacrificio y valentía.
Esta tradición fue trasmitida de generación en generación entre las tropas de los países europeos y posteriormente con la conquista de américa llega a nuestro país, la misma que si bien ya no es dada por la participación de los caballos en acciones bélicas, fue trasladada al ámbito deportivo.
Es así como última actividad de un concurso hípico militar o civil, cuando un caballo deportivo ha cumplido por la edad su ciclo de actividad hípica en forma destacada, se realiza la ceremonia denominada “PLEGARIA AL CABALLO”, con el objeto de agradecer al noble animal sus triunfos y desempeño durante su vida, los cuales han sido resultado de su trabajo de largos años de preparación y sacrificios.
La ceremonia da inicio con los siguientes puntos:
* Con el ingreso de la cabalgadura, conducido por su ordenanza, y presentado al mismo a las principales autoridades civiles y militares e invitados especiales, para seguidamente colocarse frente a la tribuna principal.
* Lectura de una breve relatoría del historial deportivo del noble equino, a cargo del jinete que alcanzó los mejores logros deportivos.
* Demostración de la disciplina que practicó en su vida deportiva, ante la tribuna de invitados, siendo montado por el Jinete que lo tubo por última vez, actividad que la realizará para despedirse de las canchas.
* Finalizada esta demostración, es des atalajado y se le coloca una corona de laureles en el cuello en reconocimiento a sus triunfos, inmediatamente se lo suelta sin ninguna rienda, dejándolo libre, como simbolismo que nunca más será montado y pastará libremente durante el resto de sus días.
En nuestro país tenemos como ejemplo de caballos emblemáticos los siguientes: AS, FUGITIVO, TERENCE, ROILET, CORALITO, PESQUISA, GRANADERO, MURCIO, MACARÁ, ATAHUALPA, HÉRCULES, MARQUESA, MARAVILLA entre otros.
Cfog.
